¡Hola a todos!
Volvemos de la acampada con muchísimas ganas de continuar (y de dormir). Estamos cansados, sí, nos duele la espalda y tenemos agujetas, ¡pero han merecido la pena!
Nos reunimos el sábado en Aluche para comenzar la que sería nuestra primera acampada como Rovers, aunque no por ello dejamos de relacionarnos con el resto de secciones. El viaje de ida en el tren se nos pasó rápido, y cuando tocó ir a pie fue más divertido y productivo porque pudimos estar con los más pequeños.
Por la mañana Dani y Sara prepararon una actividad para así poder elegir los cargos que tendríamos que llevar a cabo a lo largo de todo el curso. No hubo problemas en fijarlos, aunque no sabemos si serán los definitivos, ya que no estábamos todos para decidirlo (echamos de menos a María :P).
Por la tarde, después de una buena siesta, Eva y Elena nos presentaron los ámbitos de desarrollo (intelectual, físico, afectivo, social y espiritual) con un popurrí de actividades en las que pudimos sacar nuestro lado más artístico, culinario e íntimo.
Aunque el plato fuerte llegó por la noche, más concretamente después de cenar: el fuego de campamento. En él disfrutamos como enanos tanto en las actuaciones de las demás secciones como en la nuestra.
¿Hemos dicho ya que se nos cerraban los ojos del sueño? Pues eso, a la cama prontito y sin dar mucha guerra para poder estar a tope el día general.
El domingo fue un día de unión, complicidad y risas, muchas risas. Tuvimos la oportunidad de jugar con otras secciones (y así, conocer a los chavales) y de reflexionar con los Scouters.
El viaje de vuelta lo hicimos con una sonrisa en la cara, la mochila a la espalda y el sueño en los ojos.
Estos momentos con el Heptágono nunca decepcionan...
Un beso muy fuerte a todos.
Buena caza y largas lunas
ROVERS 1
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